Practicamente desde el inicio de esta administración se vino una andanada de recortes presupuestales en materia de cultura, que no en infraestructura cultural. Todo esto en beneficio de compañías constructoras y en detrimento de los creadores.
Hubo sus necesarias excepciones; tampoco se trataba de dejar pelona la cuestión. Pero finalmente se echaron de ver esos enormes huecos dejados por el abandono de actividades de los comités consultivos, la disminución de apoyos, el receso en las ediciones estatales, los premios estatales por categoría y otras linduras de ese tipo.
Ahora se anuncian con bombo y platillo, amén del despliegue mediático promocional de un par de concursos artísticos en los que se premiará a ensayos encargados para "conmemorar" el centenario y bicentenario, ya saben, esa ofensiva campaña federal para regocijarse de algo que aún no somos.
Resulta que los apoyos a las artes están condicionados a los jilgueros del poder: te doy un premio siempre y cuando escribaspinteshagasvideo sobre lo que yo diga. Un creador con plena libertad, que escoge su tema, que lo desarrolla como se le venga en gana no puede acceder a esos apoyos.
No me olvido que los creadores en la historia siempre han trabajado a la sombra y capricho de alguien. Sus mecenas de una u otra forma influyen en su trabajo. Pero ahora ni siquiera se trata de mecenazgos, sino de viles maiceadas a los artistas. ¿Querías lana no? pues ahí está, tómala, siempre y cuando me des gusto, sigas mis indicaciones, me ayudes con tu arte a legitimar mis programas grandilocuentes y megalómanos.
No puedo alegar objetividad en esto; seguramente yo también me formaré en la fila y esperaré a que SUS jurados calificadores DECIDAN si lo escrito valida SU festejo, o por el contrario, me señalen con su dedo flamígero si me pongo crítico.
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