Llegaron seis poetas, de los cuales, como es de esperarse, hubo buenas críticas y una serie de trabajos disímbolos.
Digamos que por parte de ellos no hubo mayor problema y menor sorpresa. No puedo decir lo mismo por parte de los escritores tlaxcaltecas, los que brillaron por su ausencia en un evento que puede dejar ver, a ojos externos, lo mal organizados que estamos, a pesar de las ínfulas de Enrique.
Se dejaron ver varias cosas, como la nula convocatoria que hubo, la falta de compromiso de los que a su vez y en su momento, irán a poner en evidencia las letras tlaxcaltecas. Un ejemplo: Uno de los visitantes, después de las presentaciones, preguntó si éramos nosotros los que iríamos a Cuernavaca en octubre. Enrique respondió que no, que ninguno de los que estábamos presentes era el elegido, que los que estaban programados no habían llegado. Al día siguiente tampoco estuvieron, excepto Efrén, por un momento en el taller matutino, y Perla Karina y Yassir por la tarde. de ahí, los demás brillaron por su ausencia.
Y ya que hablo de ausencias, la más perjudicial fue la ausencia de publicidad al respecto. A estas alturas no basta un correo electrónico enviado la tarde anterior a una raquítica lista de receptores, de los cuales un diminuto porcentaje hizo eco.
el resto de las cosas que vi, como me hacen encabronar, mejor dejo que se asienten y luego las consigno.
saludos a todos.
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