El metiche de marras

Tuesday, September 19, 2006

dinero fugitivo en pendejadas

hace poco comentaba con un amigo que trabaja en el congreso del estado acerca de esa extraña tendencia que tiene el dinero de esfumarse en parrandas de fin de semana con total impunidad pero se resiste con heroico afán a ser invertido en infraestructura oficinesca. Dicho de otra manera: He visto a personajes públicos derrochando hasta el escándalo en esos bares en penumbras mal llamados antros, disparando las otras a sus acompañantes de ocasión. Y posteriormente he visto a esos mismos personajes metidos en oficinas mal acondicionadas otorgando con pinzas el presupuesto asignado a sabrá Dios qué rubro.
Le comenté a este mismo amigo que es tan sencillo gastarse X cantidad de dinero en el almuerzo, la botana, los refrescos y otras menudencias sin sentir el menoscabo en la cartera; pero pídeles que actualizen el software, que consigan otro ratón que ya no haga corto, porque entonces dirán que por el momento no hay presupuesto, que la requisición no alcanzó y etc, etc.
Nunca como en estos casos se pone de manifiesto que lo que verdaderamente interesa a estos señores es lograr salir en la quincena con su cheque intacto. Sus dietas, gastos médicos, bonos extraordinarios y todas esas pequeñas partidas económicas que se autoasignan libres de intromisiones. ¿Para qué invertir en la funcionalidad del edificio si al fin y al cabo ellos nomás están de paso?
El colmo de ese abandono que evidencia la nula intención de los señores legisladores a su recinto de trabajo, que debería decir, el recinto de todos los habitantes del estado, fue palpable cuando hace unos días, durante la grandilocuente presentación de un libro, un repentino aguacero con granizada y todo se coló por el portón principal con el ímpetu de cualquier pipa antimitines. y a poco por encima del vitral dl patio comenzaron una serie de filtraciones que obligaron a la mitad de la concurrencia a replegarse a los pasillos laterales. Aquí podría agregar el defectuoso sistema de sonido con el que cuentan, pero debo dejar a los factores externos el apagón que obligó a los oradores a sacar la casta y arengar a grito pelado a los salpicados asistentes.
¿Por qué no ocuparán parte de la millonada que circula ahí en remodelar el edificio o por lo menos reparar las goteras del techo? Digo, si de ahí ha salido para varias residencias...

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