en mi más reciente curso hay una señora que, yo supongo, debe tener problemas de insatisfacción, de cualquier índole, en su casa, con su marido. Lo noté porque a preguntas sin malicia que yo le dirigí (eres casada, como te llevas con tu marido, por qué te ves como triste...) ella contestó enamorándose de mi. Ya saben, a estas alturas de mi vida, puedo darme cuenta de algo así. Máxime cuando toda mi adolescencia fui un pendejo que no advertía las señales que me enviaban las chavas.
El caso es que esta señora, que también imagino muy limitada de experiencia, se delató solita y poco a poco fueron dándose cuenta las demás señoras, de las que una de ellas es su cuñada y no llevan una relación muy armónica que digamos. Pues algo pasó que el marido (un perfecto imbécil, llegó el viernes anterior acompañado por su hermano, éste si, ultra celoso de los derecho conyugales del hermanito zoquete, y de un individuo extra, a "aclarar de una vez por todas por qué una de las señoras nunca sale a comer y siempre se queda hasta el final con el maestro.
el colmo fue que mis respuestas a sus argumentos absurdos acabaron por convencer al tercero de que yo me estaba burlando de él. Que sin palabras le había dicho "ignorante" y de plano me amenazó.
ahora estoy pendiente para lo que vaya a suceder el próximo lunes.
Y espero que no saboteen el convivio programado para el martes.
a ver.
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