El metiche de marras

Wednesday, July 28, 2010

Ociociudades IV

La vocación del ambulante

Sólo basta que la situación se presente para que comiencen a germinar cual hongos, los vendedores de souvenirs allí donde menos uno se lo espera.
Basta que una calle cualquiera muestre cierta desigualdad para que en un huequito aparezca de pronto una vendedora de tamales o chalupas. Basta que una banqueta esté un poco más ancha que las otras para que un puesto de mallas cuadriculadas se ensamble de pronto y exhiba desde discos y pelis piratas hasta cinturones, gorras, bolsos y chucherías de esa ralea.
Es más, basta que una carretera ofrezca una dosis adecuada de topes ("reductores de velocidad", se lee en algunos señalamientos carreteros), para que ahí mismo te ofrezcan alegrías, camotes, panes, jugos de naranja, gorras, accesorios para auto, piñatas. Por la vía corta a Puebla vemos piñatas, voceadores, fruta de temporada, sidras apiladas en los camellones, papalotes (a la altura de Papalotla, ¿dónde más?), talavera y otras cosas propias de la zona. Basta cualquier semáforo para que en su base se plante una persona ofreciendo jugos de frutas, que dependiendo de la hora, pueden ser lo mismo frescura de fruta o de plano tepache fermentado.
Ya de pedigüeños es un cantar paralelo. Los hay que, pala en mano, ofrecen la gorra esperando ver pagado su esfuerzo por tapar un bache con cascajo; o los que, ondeando una franela, ejercen de semáforos humanos.
Pero lo que me llevó a escribir esto es la cantidad francamente pintoresca de los que en su momento asaltaron ese pequeño tramo que viene desde el seminario de la Y Griega hasta poco antes de San Matías Tepetomatitlán. Ahí, a distintas horas era posible encontrar tamales y jugos de naranja, duraznos, tunas peladas con todo y su bolsita de chile piquín, dulces, cacahuates y garapiñados, tortas preparadas, refrescos en lata que tomaban de una tina con hielos al costado de la carretera, franelas, entre otras linduras. Había por lo menos dos vendedores de esos pingüinescos jugos; vamos, que hasta supermanes y Tiger`s de hule vi por ahí. Luego estaba el detalle de que los vendedores tenían sus camionetas por ahí estacionadas para surtirse, y en caso de fatiga, ir a sentarse, echar taco carretero y cotorrear el punto a la sombra de una lona azul. Me quedé con ganas de ver si por ahí oculto andaba un Sanirent.
Uno, como sea, ya ubica a los ambulantes por una indefinible fisonomía. Como que son morenos, con aire de curtidos por el sol, como una característica indumentaria, en fin, ustedes entienden. Lo que he visto últimamente es a chicas con trazas más de estudiantes en día de pinta que de chavas trabajando por el sustento. Bonitas viceras, deditos lindos, boquitas pintadas y gestitos de no soportar el calor pelante, vendiendo accesorios para celulares, peluchitos, cuadros de esos de marco rústico y barniz espeso.
Ante esas, no me habría extrañado ver, ante la tardanza de la obra, unos locales como dios manda, para que uno pasara como en el supermercado: revisando las etiquetas y eligiendo qué comprar al vendedor en turno.
Ese marchantismo endémico de nuestra gente, que todo pretender comercializar, adquiere cotas catastróficas cuando lo vemos replicado en ciertas leyes y amenazas de privatización. En expropiaciones de sitios arqueológicos, en ofertas prematuras de bases de datos ciudadanos, en subastas al mejor postor de nuestra propia seguridad, nuestra educación y nuestra salud pública.
Así las cosas, ¿Cuánto ofrece usted por las respuestas a estos problemas?

2 comments:

Karen Asura Raziel said...

Que podría decir, que no hay trabajo, y el bajo nivel académico, impide con mayor razón obtener empleo, que tal vez el sueldo del empleo "base" de una persona, lo hace buscar otros medios, en este caso, ser ambulante de lo que sea, y de más comentarios trillados, pero que puedo decir, si aun no me he visto envuelta en una situación similar.


He leído desde, El Rock en Tlaxcala (Agosto 2007) hasta Ociociudades el día de hoy, he escuchado que los cumplido siempre son buenos, hoy me dio hagas de dar algunos, y referente a este Blog (Minotaurosis) solo quiero mencionar que; Me engolosinan los textos que se presentan, y que espero con ansia los siguientes.

Sin más un saludos desde el Estado de Tlaxcala Santa Apolonia Teacalco.

Anonymous said...

Lo que es un buen puesto. Me encanta la lectura de estos tipos o artículos. No puedo esperar a ver lo que otros tienen que decir.