El metiche de marras

Tuesday, May 01, 2012

De un tiempo a esta parte de mi vida, la misma da vuelcos perturbadores. He probado suerte en cantidad de cosas que desde afuera parecen grandes logros, pero continuamente yo mismo los siento como retrocesos o como lastres. Acabo siendo maestro, funcionario, clasemediero afanador doméstico, gestor de actividades que no son las que desearía gestionar.
Y todo esto ¿a qué me lleva? las más de las veces me siento frustrado. He de reconocer que mucho de mi descontento es contra mí mismo, porque a estas alturas todavía no aprendo a reconocer los puntos flacos de mis gestiones, y por lo mismo no puedo resolverlos.
Otra de las cosas que me tienen ofuscado es esta manía de navegar sin sentido por esos recurrentes sitios que se han vuelto acaparadores de la atención de millones y millones.
Hay tanto aquí adentro, como cuando discurseaba que hay tanto allá afuera, que uno se siente perdido y acaba por regresar a este ridículamente pequeño nido.
Y aquí anidados, se nos acumula la mierda, el olor del orín, las virutas de nuestra degluciones, los desperdicios de nuestros resabios, las babas de nuestras vociferaciones.
Justo ahora veo lo obvio: hay que salir y dejar que esto se airee un poco, hay que sacudirse esta mugre para regresar refrescados.
Por eso, todos los activistas de pantalla no logran lo que tanto discursean: aquí adentro no hay nada más que hacer. todo el trabajo está allá afuera.
Ya me voy.
Sacudiré un poco la porquería y después regreso a consignar lo hecho.

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